Japón

Los extranjeros que hagan cosas malas dejarán de existir en Japón, dice la ministra

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Estrangeiros que fizerem Coisas Ruins não vão mais Existir no Japão

La ministra japonesa Kimi Onoda volvió al centro de atención tras emitir contundentes declaraciones sobre inmigración y seguridad nacional. En entrevistas concedidas a la prensa japonesa, la política afirmó que el gobierno pretende crear un entorno en el que “los extranjeros que cometan delitos ya no existan en Japón”.

Los extranjeros que hagan cosas malas dejarán de existir en Japón, dice la ministra

En entrevistas con medios como Nikkei y Nippon TV, Kimi Onoda dejó claro que el gobierno japonés planea endurecer las medidas contra las actividades ilegales cometidas por extranjeros. Según ella, el objetivo principal es reducir la sensación de inseguridad entre los ciudadanos japoneses y combatir el sentimiento de injusticia en relación con las personas que residen ilegalmente en el país.

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Según la ministra, Japón no debe tolerar la permanencia ilegal ni el empleo irregular. Los extranjeros que estén en el país sin la debida autorización deberán “regresar correctamente”, en palabras de la propia Onoda. Al mismo tiempo, afirma que el país sigue abierto a quienes desean vivir legalmente y contribuir a la sociedad japonesa.

De acuerdo con Onoda, no hay contradicción entre bloquear a los extranjeros que violan las leyes y, al mismo tiempo, recibir a quienes cumplen las reglas. Para ella, es posible la convivencia entre japoneses y extranjeros, siempre que exista respeto por las leyes y las costumbres locales.

La declaración más dura de la ministra fue cuando afirmó que el objetivo es crear una situación en la que “los extranjeros que hagan cosas malas dejen de existir en Japón”. La frase fue interpretada por muchos como extrema, mientras que otros la ven como una respuesta directa al aumento de la preocupación pública por la inmigración ilegal.

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Las políticas de Kimi Onoda también ganaron fuerza debido a su perfil nacionalista. La ministra defiende una visión más estricta sobre la influencia extranjera en territorio japonés, incluida la compra de tierras por personas de otros países. Para ella, es necesario vigilar más de cerca las propiedades adquiridas por inversionistas internacionales.

Otro factor clave en el debate es la seguridad económica. Onoda sostiene que no se trata únicamente de inmigración, sino de proteger a Japón de riesgos estratégicos, incluida la dependencia externa y el uso indebido de los recursos nacionales.

El gobierno japonés, liderado por la primera ministra Sanae Takaichi, ya anunció que planea establecer límites más claros para el ingreso de ciudadanos extranjeros al país. Takaichi también solicitó que los ministros presenten propuestas sobre políticas relacionadas con extranjeros hasta enero de 2026.